miércoles, 31 de diciembre de 2008

urte berri on

Hoy vienen mi madre y mis hermanos a cenar y aun asi me he esforzado en preparar una buena cena. A tal efecto, llevo varios dias encerrado en la cocina, haciendo alquimia en los fogones. Nunca nadie habia dedicado tanto tiempo a hacer una sopa de pescado tan flojilla.

Llegó el momento de preparar el bacalao al pil pil y la salsa no me acababa de ligar. He tenido que tomar medidas drasticas: he puesto la salsa en una cazuela honda y a Carmen Miranda en el mp3. Mano de santo, un poco de meneo y en cinco minutos conseguí un pil pil espeso como el hormigón armado.



FELIZ AÑO A TODOS

sábado, 27 de diciembre de 2008

sic transit gloria mundi

Hay en una iglesia de Sevilla, muy cerca de la plaza de la maestranza (creo que es el hospital de la caridad) un par de aterradores cuadros de Valdes Leal: In icu oculi (en un abrir y cerrar de ojos) y Sic transit gloria mundi (asi se pasa la gloria del mundo), yo diria que del género de las vanitas, de esos que nos recuerdan lo efimero y futil de los placeres terrenales, con mitras de obispo y coronas de monarca apaleadas por el esqueleto implacable y tal.

Estos dias con tanta fiesta y tanta comilona me han evocado esas pinturas, despues de que una gastroenteritis vírica haya burlado las defensas de mi negligente sistema inmunlógico.


martes, 23 de diciembre de 2008

feliz navidad!

“Dejé de creer en Santa Claus cuando tenia 6 años. Mi madre me llevo a verle en el departamento de una tienda y él me pidió un autografo.”



lunes, 22 de diciembre de 2008

La mellah

En el siglo XII se estableció en Fez el Jedid una importante población judía procedente de Fez el Bali.
El barrio pasó a llamarse MELLAH, que quiere decir sal, quizás porque había en las inmediaciones un mercado de sal, quizás porque por allí se salaban las cabezas de los ejecutados. Con el tiempo, el termino
mellah sirvió para denominar a todas las juderías de Marruecos. Fuera de la mellah los hebreos no podían usar calzado ni montar a caballo o en mulo.


Por cierto, suerte con la lotería

lunes, 15 de diciembre de 2008

palindromo

El trazado laberíntico de las callejuelas sugiere que la medina solo puede haber sido obra de un loco. Los pasadizos se enmarañan y solapan en un dédalo inextricable que aturde y hostiga al viandante.

Sin embargo, el caos urbanístico es solo aparente, exterior, y quizás metafórico. Basta con cruzar un umbral para trasladarnos a un orden platónico, una sucesión de estancias en la que cada una es perfectamente simétrica a la anterior.

El contraste encierra un mensaje para quien sepa leerlo, una alegoría de la vida que invita a mirar hacia dentro: el interior, el hogar, la familia, el templo, son reflejos de un perfecto equilibrio espiritual, una relación armónica entre el hombre y su ámbito. Lo exterior, lo mundano solo entraña mentiras y equívocos, desconocimiento y confusion.



MAL SI LE DAS LA FE FALSA DEL ISLAM

La simetría de la imagen me ha traido a la cabeza esta simetría verbal, palíndromo con tintes de anatema.

Siempre he tenido afición por los palíndromos. Incluso en otro tiempo dediqué a largas horas a componerlos. Fruto de aquellas tardes de trabajo e inspiracion me surgieron algunos palíndromos de absurdo contenido (el as a por ropa sale), y otros de mayor enjundia (será para mal amar a pares), pero todos con la elegancia de quien no escatima el tiempo porque siente que su tiempo es anterior (se van, si, mis naves)

viernes, 12 de diciembre de 2008

barato

Aquí tenemos muchas cosas muy buenas, amigo… Aquí gran casa berber, precios muy baratos, mas baratos que en Pryca, porque aquí no trabaja por turista, amigo, aquí solo trabaja por gente marroquí. Yo no guía oficial, amigo, no comisión, yo solo estudiante, estomago pequeño… ¿De donde en España?… ¿de Bilbao? Aupa Athletic,… Ah, vascos todos gente muy buena, amigo…

martes, 9 de diciembre de 2008

Tumbas saadianas


Las tumbas saadianas son unos mausoleos construidos por el sultán saadí Ahmed Al Mansur, durante la segunda mitad del siglo XVI. Un siglo mas tarde fueron tapiados por el meriní Mulay Ismail, que prefirió no tentar a la suerte destruyendo esta huella de la dinastía anterior. Asi, a pesar de estar situados en el centro de Marraquesh, estos magníficos pabellones funerarios permanecieron ocultos y olvidados hasta que fueron descubiertos por los franceses en 1917, después de un reconocimiento aéreo de la ciudad.

La tumba del principal gobernante de la dinastía ocupa la sala central, considerada como una de las obras maestras de la arquitectura del Islam occidental. La cúpula de madera de cedro labrada y pan de oro se sostiene sobre 12 columnas de mármol blanco, importado desde Carrara, con adornos de estucado en los dinteles. La sala muestra un zócalo a media altura de rica azulejería andalusí y ornamentación geométrica y epigráfica. Los tejados cubiertos de tejas verdes de cerámica vidriada ofrecen un bonito espectáculo al atardecer.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Taxi de la Medina


La medina de Fez refleja toda la complejidad de una ciudad en la edad de oro del Islam, pues conserva intacta su estructura del siglo XII. En su abigarrada trama de callejones hay más de trece mil edificios declarados de interés histórico artístico por la UNESCO. Tela marinera.

Los únicos vehículos capaces de transitar por ese laveríntico entramado son los parsimoniosos burritos que, desde tiempo inmemorial, ejercen las labores de transporte interior. Cada vez que se cruzan con uno de estos burros, los inevitables guias repiten el mismo comentario a sus zarandeados clientes: "taxi de la medina", y todos los presentes celebran la broma con bullicio, como si fuera la primera vez que la oyesen.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

abdul

A menudo se nos aproximan individuos de aspecto menesteroso que se presentan como hermanos nuestros. Casi todos se llaman Abdul y se apresuran a reclamarnos 5 dirhams. Una especie de impuesto fraternal.
Por supuesto, nosotros no les damos 5, les damos 10 dirhams, porque a un hermano no se le puede escatimar una ayuda cuando la necesita.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

Contribuyentes