viernes, 29 de junio de 2012

Villamayor



Sigo avanzando por los campos de Castilla, un territorio “pleno de tesoros, oro y plata, rico en paños y vigorosos caballos, abundante en pan vino, carne, pescado leche y miel”, según el Codex Calixtinus, la primera guía turística de la historia.

Que quede claro, que esto lo digo porque lo he leido en algun panel. No es que yo tenga en un atril de mi casa el Codex calixtinus, ni que sea el autor de misterioso robo que lo hizo desaparecer el año pasado de la catedral de Santiago.

jueves, 28 de junio de 2012

Viloria



Llego a Viloria de Rioja, que a pesar de su engañoso nombre, no es pueblo riojano, sino burgales. Aqui nació Santo Domingo de la Calzada, el constructor de puentes y roturador de bosques, que tanta influencia tuvo en las infraestrcuturas medievales del Camino de Santiago.

No debe confundirse con ese otro Viloria, de Palencia, que celebra la nochevieja en agosto

lunes, 25 de junio de 2012

Redecilla


Dejo ya atrás las tierras arcillosas de la Rioja y sus viñedos en ciernes, y entro en Castilla, con sus barbechos pardos y sus trigales aun verdeando.

Entramos en Redecilla del camino por la Calle Mayor. Aquí debemos visitar la Pila bautismal de la Virgen de la Calle, de estilo románico, con subyugantes bajorrelieves de la Jerusalén celestial, descrita por san Juan en el Apocalipsis.

Tambien destacable este rollo jurisdiccional que me he parado a dibujar, y el antiguo Hospital de San Lázaro. Me cruzo con alguna que otra casa solariega con su escudo heráldico tallado en piedra, que me hace rememorar aquellos versos de Leon Felipe:




Que lastima que yo no tenga una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara una batalla

Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!









domingo, 24 de junio de 2012

Grañon


Llego a Grañón con cierta prevención, despues de haber leido el episodio narrado en la entrada anterior, y con el prejuicio de haber dado algún crédito al dicho de "Grañón, en cada casa un ladrón".


Sin embargo, debo decir que conservo un grato recuerdo de mi fugaz paso por Grañón. Tiene un albergue de aire medieval, adosado a la iglesia, y me tomé un desayuno que me supo muy bueno. Recuerdo con especial cariño a unas peregrinas nórdicas. Vestían unos minishorts de esos que, de puro cortos, dejan asomar por sus confines la funda de los bolsillos, y hacen mas llevaderas las penurias del camino. Mas llevaderas para las peregrinas, quiero decir. Por su comodidad.

viernes, 22 de junio de 2012

La cruz de los valientes


Hay entre Santo Domingo de la Calzada y Grañon una loma, con un monumento conocido como la Cruz de los Valientes. Valientes animales, diría yo, conocedor de los acontecimientos que conmemora. Os cuento.

Crecía en la loma un encinar cuya propiedad ambos pueblos se disputaban. Los habitantes de Grañón veían con sumo desagrado que el extenso encinar que consideraban suyo, era explotado y ocupado impunemente por la ciudad del Santo, o viceversa. Mediaba el siglo XIV.

El litigio habia llegado a tal extremo que los concejos se convocaron a vistas para intentar llegar a una solución pero aquello no hizo sino caldear mas los ánimos.

-Con razón corre por estos pueblos el dicho: "Grañón, en cada casa un ladrón".- decian los calceatenses.
-Pues sí que podéis presumir vosotros, id a Bañares y preguntad lo que dicen de vuestro patrón: "Si lo apedreamos muy bien hacemos, que no se meta el santo en terreno ajeno".

Viendo el cariz que estaban tomando la asamblea, una voz sensata propuso “¿Para que vamos a discutir si podemos arreglarlo a golpes?”. La idea entusiasmó al vulgo y acordaron elegir sendos energúmenos que luchasen a muerte, en singular combate cuerpo a cuerpo, en defensa de la propiedad del lugar. El que ganase se anexionaría el bosque.

Se celebró el combate, y ambos contendientes se emplearon con un valor sobrado e inusitada inquina, pero cayó primero el de Santo Domingo, reventado a golpes por su adversario. Victorioso, el luchador de Grañon entregó el encinar a sus convecinos. Se llamaba Martín García .

El nombre del vencido nadie lo recuerda. Vae victis!

martes, 19 de junio de 2012

la catedral



Un gallo y una gallina blancos, descendientes de aquellas aves que cantaron después de asadas, estan permanentemente expuestas en un lugar preeminente, en el templo catedralicio de santo Domingo, en un gallinero gótico, unico en el mundo, la más curiosa decoración que jamás ha ostentado una iglesia.

La catedral tiene planta románica, aunque fue edificada con técnica gótica. Pero lo mas llamativo es su torre exenta, de estilo barroco, el edificio mas alto de la Rioja. Fue edificada en suelo excesivamente húmedo, por lo que se derrumbó varias veces. La versión definitiva se construyó sobre un basamento de cal y piedra menuda, mezclada con cuernos de vaca machacados, traídos expresamente de las carnicerías vizcaínas, según documentos de la época.





lunes, 18 de junio de 2012

La gallina despues de asada


La extraña patreja nos pide que incluyamos el relato de un hecho insolito dio lugar al dichoo "Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada" . ¿Conoceis esta historia? A mi me la refirió con detalle mi viejo amigo Javi Barrena, que anda de veterinario por estos pagos, al que hace mucho que no veia y con el que me he reencontrado en Santo Domingo.


Ocurrió en un tiempo inmemorial que un matrimonio alemán y su hijo, en peregrinación hacia Santiago, pararon en una casa de Santo Domingo de la Calzada, para descansar las fatigas del Camino.


El dueño de la casa tenía una hija que enseguida se enamora del joven. Al ver que éste no la correspondía, decide vengarse acusándolo de robo. Rápidamente la justicia atrapa al muchacho teutón, y le encuentran una copa de plata que la chica le habia escondido es su equipaje. La pruebas parecen irrefutables, la copa, valiosa, y el juez, germanófobo, asi que el joven es condenado y ahorcado sin miramientos.


Sus padres quedan desconsolados, pero no tanto como para abandonar el viaje, así que continúan su ruta hasta Compostela.Y es a la vuelta, cuando su madre se detiene llorando en el lugar donde, a pesar del tiempo transcurrido, aún continuaba colgado su hijo. Grande sería su sorpresa cuando de pronto escucha la voz del joven diciéndole que sigue vivo "gracias a que Santiago y la Virgen le sostienen".


Inmediatamente sus padres se van a ver al juez. Este, que se encontraba comiendo, al oír el relato de la mujer, le contesta que su hijo está tan vivo como el gallo y la gallina asados que se disponía a comer. En aquel momento, las aves volvieron de pronto a la vida y salieron volando de la mesa. Asombrado, el juez se dirigió donde estaba colgado el muchacho y comprobando que estaba vivo, lo devolvieron a su familia, sin hacer demasiadas preguntas. Como prueba del milagro, llevaron las aves a la iglesia,


Los reposteros de la villa quisieron conmemorar el prodigio, al tiempo que revitalizar la industria pastelera, y se inventaron los “ahorcaditos”, unos pasteles de hojaldre que representan la figura del muchacho balanceándose en la horca.

jueves, 14 de junio de 2012

Santo Domingo


Llego ya a Santo Domingo de la Calzada, ciudad estrechamente ligada al Camino de Santiago desde su origen.

En aquel remoto siglo XI, esto era un gran bosque de encinas a orillas del tumultuoso río Oja, que descendía de las cercanas montañas. Un ermitaño de nombre Domingo se instaló en el corazón del Bosque  y dedicó sus esfuerzos a facilitar el tránsito por estas difíciles tierras a los peregrinos que se dirigían hacia Compostela. Desbrozó parte del bosque para abrir una calzada segura .Construyó un puente sobre las aguas del río Oja y en sus orillas levantó un albergue y un templo para el socorro de los peregrinos.

Domingo, hombre de gran carisma entre sus contemporáneos, murió en 1109 con 90 años. Una larga vida, en la que ejerció de enfermero, médico, cocinero, albañil y arquitecto, liberador de esclavos o el santo milagrero, repoblador, roturador de tierras y fundador de ciudades. Un personaje decisivo en aquella Europa de los siglos XI y XII, con un currículum técnico que le ha llevado a ser patron de los ingenieros de caminos.

El albergue que fundó es el mismo en el que me hospedaré por esta noche, y el mas antiguo en funcionamiento de toda la ruta jacobea.

miércoles, 13 de junio de 2012

caperucita roja


Durante el camino me cruzo varias veces con una chavala, creo que alemana, que siempre lleva una chamarra roja con su capucha puesta. Cuando coincidimos en el albergue y se quita el choto, veo que casi no tiene pelo. Apenas unos mechones de cabello lacio, secuela aparente de una inclemente quimioterapia.

lunes, 11 de junio de 2012

Epantapajaros


Para protegerme de los inclementes rayos de sol, me voy cubriendo con lo que tengo a mano. Me pongo una funda de almohada para taparme el cuello. Me cubro los brazos con las mangas del pantalón. Al final voy bien protegido, pero a costa de lucir un aspecto tan estrafalario que las criaturillas que encuentro a mi paso huyen asustadas.

Tengo tal pinta de espantapájaros, que varios agricultores de la zona intentan contratarme para proteger sus cultivos de las voracidad de las aves del campo.

A pesar der ser una oferta tentadora, la rehuso agradecido: “yo bien quisiera ayudaros a proteger esas espigas y esos racimos que luego transformareis en recias hogazas y vino embriagador. Con gusto ahuyentaría de vuestros sembrados al torvo grajo y la vanidosa urraca, pero a pesar de mi aspecto ridículo, yo no soy un espantapájaros. Tan solo soy un humilde peregrino, y un peregrino no puede echar raices, porque pertenece al camino.”

Y sigo adelante, con esta pinta de mamarracho.

viernes, 8 de junio de 2012

Cirueña



Sigo andando y llego a Cirueñuela y luego a Cirueña (o al revés)

A primera vista Cirueña ofrece una imagen opulenta, con sus urbanizaciones de lujosos chalets, su ayuntamiento hipermoderno, su ostentoso club de golf...

Pero si se fija uno un poco, enseguida descubre un pueblo duramente castigado por la crisis. Sus numerosas urbanizaciones permanecen desiertas, algunas a medio construir, como si al promotor se lo hubiera tragado esta tierra arcillosa. La mayoria de las casas tienen las persianas bajadas y los carteles de Se vende decoran muchas fachadas. Los socios del vecino Club de gol deambulan cabizbajos, con sus miradas extraviadas, y a duras penas consiguen mejorar su handicap. Pobre gente.

miércoles, 6 de junio de 2012

Rollo

Saliendo de Azofra, entre los viñedos, se yergue lo que parece inocente crucero, pero es terrible picota, (Susana dice que alli lo llaman el Rollo, vaya rollo!) donde se ajusticiaba a los malhechores, y seguro que tambien a los bienhechores, que una vez que te pones a ajusticiar, la justicia pasa a ser lo de menos.

Me imagino a los cuervos clavando sus picos en los parpados de los ahorcados y un escalofrio me recorre la columna vertebral.

Justo en ese momento aparece por el camino un coche de la guardia civil. Un nuevo escalofrio me sacude. Me vienen a la cabeza los versos de Lorca en el "Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla”

A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera
lo llevó codo con codo.

martes, 5 de junio de 2012

AZOFRA


El primer pueblo al que se llega después de dejar Nájera es Azofra.

Su nombre proviene del término árabe “as-sufra”. Pensareis que me lo estoy inventando pero, según esa raíz etimológica, Azofra significa “obligación de los vasallos de trabajar las tierras del amo a cambio de un salario muy pequeño”. Me llama la atención la capacidad de los árabes de decir tantas cosas con tan pocas letras, pero aun resulta más chocante su sinceridad.

Con ese nombre se comprende que la gente no se agolpase a empadronarse en este municipio, lo que sin duda provocó una irremisible recesión demográfica. Los vasallos preferían irse a otros pueblos donde se les retribuyese con mayor generosidad, o al menos que no se regodearan en sus penurias desde el patronímico, digo yo.

Según Tedy, el cronista de las villa, tras la reconquista, como ya no sabían árabe, se asentó en Azofra una población mas numerosa y estable, impulsada por su inclusión en el trazado del camino de Santiago. Ya en el año 1168 se fundó un hospital para atender a los peregrinos, y a su vera, un cementerio para peregrinos, para los casos en que el hospital no daba con el remedio adecuado.

La verdad es que a mi esta consolidada infraestuctura funeraria me resulta bastante tranquilizadora. Si ahora, Dios no lo quiera, viniera la Parca a asestarme su postrero zarpazo, sé que mis restos no serían arrojados a una cuneta, para que se los coman los perros, sino que recibirían cristiana sepultura. Una idea reconfortante.


lunes, 4 de junio de 2012

Santa Maria la Real



Antes de continuar la marcha, un ultimo y aburrido apunte histórico sobre Nájera. Aunque hoy es villa riojana, hubo un tiempo en que fue de Navarra, incluso llegóa a capital del reino, que en aquel entonces se llamaba el reino de Nájera-Pamplona. Así lo testimonia el monasterio de Santa María la Real, que fundara en el año 1032 el rey navarro García IV, conocido como "El de Nájera" puesto que allí nació, y vivió.

Cuenta la tradición, que estando de caza, Don García lanzó su halcón contra una perdiz y ambos se perdieron al interior de una gruta. Las siguió el monarca hasta el interior de la cueva y allí halló un altar con la imagen de la Virgen, y a ambos lados estaban, en pacífica convivencia, las dos aves, la rapaz y la torcaz..

En torno a la gruta mandó el rey edificar este soberbio monasterio, y a su muerte fue sepultado en su cripta, como tantos otros reyes posteriores. Vanitas vanitatis. El Panteón de los Reyes conserva hasta treinta sepulcros de monarcas castellanos y navarros como García el de Nájera, Sancho el Noble, el infante Ramiro, Sancho II Abarca, Bermudo III de León, Sancho IV el Sabio de Navarra.

De todos ellos, el de mayor valor es el sepulcro románico de Doña Blanca de Navarra, aquella reina lánguida cuya sucesión provocó la guerra entre agramonteses y beamonteses, navarros de la montaña y la Rivera, por frenar las aspiraciones de su hijo, el primer Príncipe de Viana.

Siendo apenas una niña Blanca se había opuesto al apaño conyugal que le habían concertado con el rey de Sicilia, Martín, el Joven, hijo de Martín I el Humano. Por esta rebeldía ante el matrimonio, su padre la castigo a vivir recluida en un torreón de la Bardenas reales, sola y aislada, y sin más sustento que pan y agua. Se apiadó de ella un pastor que por allí remansaba sus ovejas, y le ofreció queso y leche. Años más tarde, siendo ya reina de Navarra y enviudada del siciliano, le regaló al pastor todas aquellas tierras.



amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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