viernes, 31 de mayo de 2013

Alma mater


Una inmensa escalinata da acceso a la casi tricentenaria Universidad de La Habana. En lo alto, el Alma Mater. La imagen de una mujer maternal que recibe con los brazos abiertos a los estudiantes, mientras los ojos atentos del buho de la Palas Atenea, diosa de la sabiduría,  vela por la correcta aunque ortodoxa difusión del conocimiento.

En estas aulas, a mediados del siglo XX,  prendió como la pólvora el espiritu revolucionario. “Aquí me hice revolucionario”, dejó dicho Fidel.

martes, 28 de mayo de 2013

Partagás y nada mas



Justo detrás del capitolio está la Real Fabrica de Tabacos Partagás, en un bello edificio de arquitectura industrial. Fue fundada en 1985 por el empresario catalán Jaime Partagás Rabell, maestro tabacalero que nunca reveló la procedencia de las hojas que usaba para hacer sus puros, ni los secretos del proceso de fabricación. Sí se sabe que fue el primero en utilizar barriles de roble para fermentar las hojas, y tambien que introdujo en sus fabricas la figura del lector, que leía en voz alta noticias, novelas o pasajes literarios para aliviar la monotonia de las largas jornadas laborales de los torcedores.

Al principio se estableció bajo el nombre de La Flor de la cabaña, pero perdió el derecho sobre esa marca en un pleito mercantil, y empezó a utilizar su apellido para comercializar sus manufacturas de tabacos. “Partagás y nada mas", fue el eslogan que anunciaba lo que con el tiempo llegaria a ser probablemente la marca de puros mas conocida del mundo.

Compró plantaciones en Pinar del Rio, con la intención de controlar personalmente todo el proceso, pero su ambicioso proyecto se vio truncado una tarde de verano de 1968, cuando salió a pasear por una de sus fincas y un negro liberto le descerrajó un trabucazo que lo dejó seco, en circunstancias que nunca se aclararon. Pocos días después, el liberto apareció muerto en la cárcel donde lo habian recluido, sin que llegara a revelar quien le habia encargado el crimen, ni que oscuros motivos lo habían promovido, y se cerró el caso para siempre.

jueves, 23 de mayo de 2013

arbol de la suegra


Habia en Cuba una arbol  con la corteza cubierta de pinchos.

Yo no lo habia visto en ningun otro sitio. No sé que especie será pero alli lo llamaban el "arbol de la suegra".

viernes, 17 de mayo de 2013

Capitolio

Volvamos a Cuba.



 El Capitolio de la Habana fue inagurado en 1929, durante la dictadura de Machado, y es uno de los edificios mas representativos de la ciudad. De estilo neoclásico, es una replica del capitolio del Washington DC, pero la cupula del de la Habana mide alacnza lo 91,73 m, y es unos centímetros mas alta que la de Washington. Chupate esa, gringo imperialista!

El nudo de articulación del gran Salón de los Pasos Perdidos,  es el espacio central del edificio y marca el kilometro 0 de las carreteras cubanas. En ese punto, justo debajo de la cúpula en el suelo se colocó un enorme diamante de 25 quilates, que perteneció al último Zar de Rusia, y que llegó a La Habana en manos de un joyero turco que lo adquirió en Paris.

En 1946 el diamente fue robado. El autor dejó escrito a lápiz en el piso el tiempo que, supuestamente, dedicó a hacer su trabajo: “de 2,45 a 3,15”. Nunca se supo quien lo robó, pero el año siguiente reapareció misteriosamente en la mesa del presidente del Gobierno.

En 1973 se sustituyó el diamante por una réplica. Se supone que el original se guardó en una caja de seguridad en el Banco Central, pero en el imaginario popular tienden a situarlo en manos de algun coleccionista extranjero o entre la cubertería de Fidel. Lo cierto es que después de esa fecha, no ha habido ninguna fotografia ni prueba gráfica de la real situación del Diamante.

martes, 7 de mayo de 2013

la Viña



El sucedido de las almendritas y las manitas de cerdo, y otros muchos igualmente jocosos, ocurrían en el barrio de la Viña, epicentro del carnaval gaditano y corazón de las chirogotas.

Mientras dibujaba esta esquina de la calle San Felix, un paisano que me caía en el campo visual me pidió que le sacara favorecido. Resultó ser Manolo Santander Cahué, reconocido compositor de chirigotas y autor del pasodoble “Me han dicho que el amarillo”, himno al cadismo cuya letra se puede leer en una placa conmemorativa a unos pocos metros de ahi.




Me han dicho que el amarillo
está maldito pa los artistas
y este color sin embargo
es gloria bendita para los cadistas.

Y aunque reciben a cambio
todo un calvario de decepciones
de amarillo se pintan la cara
amarillo son sus corazones
han dado su vida y sus gargantas
siguiendo donde haga falta
al Cádiz de sus amores.

Ratatatata ratatatata
benditos sean los que llenan de esperanza,
ratatatata ratatatata
cada rincón cada escalón de mi Carranza
sin importarles que nunca
vayan a ser campeones,
han conseguido el respeto
de toda España por esos colores
por eso viva mi Cai
vivan los cadistas vivan sus cojones..

lunes, 6 de mayo de 2013

Manitas


El sabado al mediodia un suceso estremecedor aconteció ante nuestros ojos.

Habiamos ido a comer a la terraza del Albero,  un local gaditano muy taurino y muy flamenco..
La camarera nos cantaba el menú con donosura.

Mondrigón quiso aprovechar un retuécano  para agasajarla con un elegante  piropo.
Ella miró con interés a Mondrigón e inmediatamente  recordó un plato que, por olvido, había omitido: manitas de cerdo.

viernes, 3 de mayo de 2013

excelentes anfitriones e investigadores


Fue gracias a la hospitalidad de Menchu y Natxo, conocidos investigadores, que nos acercamos al Puerto de Santamaria. Nos ofrecieron techo y comida, cariño y conversación, y unos comics para leer en los ratos muertos, cuando la nespresso no reclamaba mi presencia.

Y ademas, cuando habia alguna tensión o situación conflictiva, el pacificador mediaba y hacía que se prevaleciera la sensatez y todo se resolvia pacifica y cordialmente

en fin que muy a gusto

La Feria del Puerto

Este pasado fin de semana he estado en el Puerto de Santa Maria, en Cadiz. Celebraban la Feria de abril, con su casetas, sus caballitos de pura sangre, sus palos flamencos, sus cacharritos y su tronio.

Ellas, con remates forales en el pelo, vestían trajes de faralaes, coloristas y ajustados, que les ceñían la figura  de rodilla para arriba, dejando poco margen a la imaginación , y lucían a veces mejor y a veces peor, dependiendo de lo que a cada una le hubiera concedido la madre naturaleza.

Ellos mas discretos, pero tambien engalanados. Con sus pantalones de domingo, sus camisitas de rayas planchadas a conciencia, y sus cabelleras ralas generosamente untadas de gomina.

Las principales actividades de la Feria son ver y dejarse ver. Y la tercera opción, por la que nosostros nos decantamos con mayor empeño, es ingerir continuamente rebujitos, un cocktail refrescante y embriagante, compuesto por fino y soda a iguales partes.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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