jueves, 20 de diciembre de 2018

Castelo de Sao Jorge




Dominando la Baixa desde una de las colinas más altas de la ciudad, la historia del castillo cuenta con más de ocho siglos. Excavaciones arqueológicas en el lugar dan cuenta de la existencia de un poblado fortificado ya en el siglo VI de nuestra era, pero la construcción del castillo propiamente dicho data de los siglos X y XI, cuando Al Uzbuna, tal como llamaban los árabes a  Lisboa, era una importante ciudad portuaria musulmana. La medina se extendía en las laderas de la colina hasta alcanzar el río y parte de la misma estaba también protegida por una muralla.

La fortificación en la colina era, entonces, centro militar  y residencia de altos mandatarios y nobles musulmanes, hasta que en 1147, Afonso Henriquez, primer rey cristiano de Portugal, conquistó la ciudad a los moros, quienes opusieron gran resistencia.

 La leyenda en torno a este asalto enaltece la figura de un caballero llamado Martim Moniz quien para impedir  que los moros cerraban la puerta del castillo, se interpuso en el quicio, usando su propio cuerpo como cuña, hecho que le costó la vida. La puerta que se encuentra en la Praca Nova lleva su nombre evocando aquel legendario acontecimiento.
   
(Fuente: Mundo city)
 

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Minhoto


Despues de muchos años, vuelvo al restaurante O Minhoto, que es mas que restaurante, casa de comidas, humilde y honesta. Sigue alli antendiendo el mismo matrimonio que lo hacía antaño y siguen sirviendo unas sardinhas na brasa bien buenas. Me explica el patrón que un "minhoto" es alguien nativo de la región del Miño, al norte, lindando con Galicia. Allá donde confluyen la saudade y la morriña.

 

martes, 18 de diciembre de 2018

Rua de Escolas Gerais


Hay que volver a Lisboa de cuando en cuando,  para que la memoria auditiva refresque el recuerdo del chirriar de los viejos tranvias de madera y tracción electrica.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Chinchón



Chinchón pasa por ser uno de los pueblos mas bonitos de España, y desde luego merece una visita, a pesar de que la cercanía de Madrid atrae oleadas de domingueros a pasar el dia. Apenas cuarenta kilómetros lo separan de la capital.

Yo he estado allí este fin de semana, de fiestuki con los famosetes. La presencia de celebridades no impresiona a los locales ya que su plaza mayor ha servido de escenario a artistas tan relumbrones como Orson Welles, Nicholas Ray o Cantinflas. 

 Esta pintoresca plaza mayor, trufada de soportales y balconadas, es probablemente lo mas reseñable de Chinchón. Desde tiempo inmemorial se transforma en plaza de toros para celebrar uno de los festivales taurinos mas antiguos de los que se tiene noticias.

Numerosos son los atractivos de Chinchón, pueblo natal de José sacristan, además del aguardiente homónimo que puede alcanzar los 74 grados y de la ingente variedad de dulces típicos que incluye algunos con denominaciones tan irreverentes como las tetas de novicia o los huevos de fraile.
 
Hay en el pueblo una torre sin iglesia y una iglesia sin torre, cuyo altar, por cierto, está presidido por un cuadro de Goya, La asunción de la Virgen, donado a la iglesia a petición de su hermano Camilo, capellán del templo.

miércoles, 28 de marzo de 2018

A casa dos cactos


En Vilanova nos alojamos en la casa dos cactos, una casa con piscina en una zona tranquila, a la entrada del pueblo. Los anfitriones sienten un gran cariño por loa anilmales, a juzgar por el zoo que tiene montado en casa: dos perros, varios gatos, un par de tortugas, y aves diversas, entre las que destaca Ruca, un loro con un colorido exhuberante, como de un cuadro de Gaugin, y una locuacidad incontrolable, como de un personaje de Tarantino.

viernes, 23 de marzo de 2018

Vilanova de Milfontes



Pasamos unos cuantos días en Vilanova de Milfontes, uno de los pueblos mas agraciados de la costa alentejana, en la desembocadura del rio Mira. Mira tu que bien.

martes, 16 de enero de 2018

Ocedeixe



Odeceixe se encuentra situado justo en la frontera entre Alentejo y Algarve, una zona de gran belleza natural en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina. Este pequeño pueblo atrajo en los años 70 a hippies y amantes de la vida natural cuando Odeceixe todavía era un terreno virgen para el turismo. 
Su playa, en la desembocadura al mar del  río Seixe, pasa por ser una de las mas espectaculares de Portugal. Hasta allí llega serpenteando el rio, que en su ultimo meandro alberga dos arenales bien diferenciados: uno exterior, a mar abierto, de olas bravas y corrientes revueltas, y otro interior en la ria, de ambiente familiar y aguas dulces y remansadas. Ahí ya cada uno elige, según sus preferencias, aunque ni decir tiene que el aventurero optó por enfrentarse al oleaje atlántico.

amica veritas, sed magis amicus plauto

Hace ya algunos años, paseaba yo por la calle Tarnok de Budapest, con la mirada atenta del viajero, cuando me sobrevino un estremecimiento que en un principio confundí con un retortijón intestinal. Sin embargo, cuando profundicé un poco más en el autodiagnóstico, entendí que en realidad lo que me sobrecogía era la contemplación de tanta belleza, una especia de mal de Sthendal en versión austrohúngara.



En aquel momento pensé que sería muy egoísta reservarme esa experiencia y decidí compartirla con aquellos a los que el destino no les habia deparado la oportunidad de visitar esa ciudad. Pero tambien con los que habían pasado por allí y no habían experimentado esa fruición contemplativa, como vaca sin cencerro, acaso porque la naturaleza les había negado esa sensibilidad exquisita con la que a mi me había dotado tan generosamente.



Llevado por este altruista impulso, me agencié un cuaderno y un rotulador Edding y empecé a esbozar dibujos como un poseso, en el afán de reflejar cuanto encontraba en mi camino y de plasmar mis impresiones de una manera mas o menos perdurable. Así nació el primer ejemplar de los cuadernos de viaje que componen esta colección. A partir de entonces -a la manera de los viajeros clásicos como Delacroix o Víctor Hugo- siempre que me dispongo a emprender un nuevo viaje, reservo en mi maleta un sitio para el cuaderno, entre los gayumbos y el neceser.



Debido a la desmesura de alguna de las opiniones vertidas en estas crónicas, la cautela aconsejaba ocultar mi identidad. Para evitar ser objeto de persecución política, decidí ampararme en el anonimato, inventando un alter ego al que llamé el aventurero. Aun así, mis detractores opinan que tal grandilocuencia no era sino una excusa que para poder hablar de mi mismo en tercera persona, como Julio Cesar o el Papa.



Nadie espere encontrar en estas páginas una guía de viaje, ni un exhaustivo glosario de monumentos. Ni una descripción fiel de los lugares visitados, ni una reflexión sensata sobre los usos y costumbres. Tan solo un inconexo puñado de dibujos, acompañados por el relato de anécdotas carentes de interés y algunos datos totalmente prescindibles e inexactos. Esa es otra: Ni siquiera puedo garantizar la fiabilidad de los textos. A menudo son cosas que he oído o leído aquí y allá, cuando no son directamente inventadas, fruto de una trasnochada imaginación, como muy bien han señalado algunos de mis detractores.



En la última secuencia de la película de Jonh Ford “El hombre que mató a Liberty Balance”, James Stewart le reprocha a un periodista la falta de rigor en algunas informaciones publicadas. El periodista se defiende: “Mira, James Stewart, en el oeste cuando la leyenda mola mas que la realidad imprimimos la leyenda”.



Con similar menosprecio a la verdad, yo, que solo pretendo evidenciar la paradoja del alma humana, escribo desde una ignorancia que haría avergonzarse, no ya a cualquier historiador aficionado, sino a cualquier persona de bien.



Vayan pues mis excusas para todos aquellos a quienes no correspondo con la veracidad que se merecen. En cualquier caso, espero que quienes recalen por estas páginas encuentren aquí motivo de solaz y esparcimiento, ya que otra cosa no pretendo.



Ahora, merced al avance de las nuevas tecnologías y para estupor de mis dichosos detractores, estos cuadernos pueden ser consultados en la red y quedan al alcance tanto de los curiosos como de los estudiosos de esta basta y vasta obra.

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